Las fuentes energéticas de que dispone
nuestra Madre Tierra son incalculables. Algunas almas vibran en
consonancia más con unas fuentes que con otras.
Piedras, aceites, flores, hierbas,
árboles, los 4 elementos, los 5 sentidos, seres ascendidos, reiki,
lugares o personas concretas con un alto nivel energético,… y un
sinfín más de herramientas que tenemos a nuestra disposición para
sanarnos a nosotros mismos, a la Humanidad y a nuestra Madre.
Todas son buenas, todas son útiles,
cualquiera de ellas puede resonar en nuestro campo vibracional y
potenciar nuestra conciencia y poder sanador.
De entre todas ellas, hay una que forma
parte intrínseca de la Energía Cósmica del Universo, de la energía
de todas las partículas y atómos que forman parte de nuestra
existencia.
Esta fuente es la vibración
energética.
Cada existencia habida en este Universo
(ya sea átomo, partícula de luz, planta, piedra, hidrógeno o polvo
estelar) se mueve en un campo vibracional. Como una música cósmica.
Cada vibración atómica lo hace en consonancia con otras, creando
una partitura conjunta, creando una melodía al vibrar juntas.
Así como la vibración de una persona
entra en consonancia con la de otra, juntas forman una música, una
melodía cósmica.
En el Universo el sonido no existe, ya
que las ondas o vibraciones sonoras necesitan de un medio para
propagarse (agua, aire, gas.. moléculas en general) y en el espacio
no hay tal medio.
Qué es lo que nos llega entonces?.
Ondas electromagnéticas. Cuando las partículas vibran y hacen
vibrar a otras se crea un campo eléctrico (2 partículas de la misma
carga eléctrica se repelen y de distinta se atraen). Y este campo
eléctrico a su vez crea un campo magnético. La unión de ambos
campos crea el movimiento oscilatorio e infinito de una onda.
Los humanos hemos creado máquinas
complejas que transforman esas ondas electromágneticas en ondas
sonoras y así podemos oír, en nuestro muy limitado espectro
audible, que sonidos provienen del Cosmos.
La NASA registra los sonidos que
provienen de nuestro sistema solar, galaxias y demás fenómenos.
Mientras, aquí en la Tierra disponemos
de ondas electromagnéticas y ondas sonoras.
Todo comienza con una pequeña
vibración.
Nuestra Madre, la Naturaleza, el
Cosmos, nuestros Guías… todo, absolutamente todo vibra en una
frecuencia que emite una vibración, campo eléctrico, campo
magnético y sonido, un ritmo de vida.
Cuando una existencia se une o acerca a
otra existencia que vibra en consonancia se crea una música
vibracional cósmica.
Algunas de estas vibraciones melódicas
pueden percibirse sutilmente por el oido humano y así surgen las
creaciones musicales humanas, que no son más que consonancias de
algo que ha vibrado armónicamente y que el ser humano ha percibido.
Entiendo por armónico tanto las partículas que se unen como las que
se distancian, creando también una vibración distinta.
Todo tiene su música, su sonido, su
frecuencia vibratoria, porque nada en este Universo vibra en soledad.
Por muy lejanas que estén 2 partículas, su vibracion, tanto como su
luz, viajaran las distancias que sean necesarias para consonar la una
con la otra.
La unión de 2 existencias es la mínima
expresión de la unión en el cosmos y la más escasa.
Es decir, hay pocas cosas, pocas
existencias en el Universo que solo estén formadas por 2 elementos
que consonen entre sí.
Casi siempre, hay muchos, muchos más
elementos que consuenan con 1 de esos dos y éstos a su vez, con
otros dos y así infinitamente, formando una gran red, una gran
sintonía cósmica.
La música cósmica más sutil es la
que une las consonancias vibracionales que existen entre un sistema
de planetas, estrellas y demás elementos de ese sistema.
De las músicas cósmicas con más
fuerza son las que surgen de los agujeros negros.
De las músicas cósmicas con más
belleza e infinidad de ritmos y harmonías son las que surgen de
planetas como la Tierra. Nuestra Madre emite una música tan bella y
perfecta que al tomar conciencia de ella y sentirla como forma parte
de ti, sanas todas tus partículas.
La música cósmica más sagrada es la
que consona entre una madre y su hijo, sea de la especie que sea.
La música cósmica que emite la red
vibracional de una familia hace ampliar las auras, los colores y el
electromagnetismo que hay a su alrededor.
Cuando un planeta, una estrella o una
especie desaparece para transformarse en otra cosa, materia o
energía, la última música cósmica que emite lleva consigo la
vibración de toda su historia desde sus inicios, creando un
destello, una última sintonía que llega a todos los confines del
Universo. Todas las existencias así, percibimos de una manera u
otra, el final de un proceso con respeto y amor, para dar la
bienvenida a otro nuevo.
Así mismo ocurre, a menos escala,
cuando un ser querido abandona su existencia física en la Tierra.
Oye su música y la de todos los que le precedieron. Se consona con
todas ellas y desintegra su materia para integrar todas las
vibraciones de cada una de sus partículas en la única existencia
que permanecerá, su luz, su alma.
Oír desde nuestra humanidad la música
cósmica que emite cualquier existencia es díficil pero no
imposible. El no tener conciencia de esa música no implica que no
esté o no llegue a nosotros. Quizá no oigamos con los oídos
humanos, pero nuestras células y átomos sí oyen y perciben toda la
música cósmica que les rodea y les llega.
Conseguiremos hacernos conscientes de
esa música dejando que sea nuestro cuerpo energético y nuestro
cuerpo físico el que capte y responda a esas frecuencias.
Para sanar podemos llegar a profundos
estados meditativos y de retiro y captar esa música cósmica que nos
rodea a través del aparente silencio.
O bien podemos ayudarnos con las
herramientas que nos ofrece nuestra Madre, en este caso, con la
música humana creada por humanos, que como decía al principio, no
es más que el resultado de que el humano ha captado música cósmica
y crea vibraciones con instrumentos que consonan con esa música
cósmica.
Así toda la música humana es
sanadora. Solo tenemos que vibrar con ella y dejar que se integre en
nosotros. Unas nos resonarán más que otras. Algunas entraran en
consonancia vibracional más que otras.
La mayoría de objetos y seres que
tenemos en nuestras vidas y nos aportan felicidad, paz y harmonía
son existencias que vibran en consonancia con nosotros, por tanto
tienen un efecto sanador (una mascota, una canción, un lugar, el
objeto de un ser querido…). Tienen la cualidad y el potencial de
hacernos vibrar alto, de recuperar nuestro sonido.
Igualmente, nos rodean existencias que
nos bajan la vibración.
Aunque todos tenemos una única e
irrepetible manera de vibrar nuestras partículas, tambien y al mismo
tiempo somos capaces de ir cambiando nuestra vibración en función
del entorno. Es cómo decir que siempre soy yo, pero al mismo tiempo
mi yo va cambiando y tengo muchos yoes en función de muchas
variables. Mi alma permanece eterna y es mi humanidad la que cambia.
Mi vibración cósmica es eterna y es
la vibración de mi humanidad la que va cambiando.
Así podemos tener momentos vitales de
vibración baja y podemos sanarnos con las herramientas, objetos o
existencias de vibración alta cerca nuestro.
O podemos estar en un estado de
tranquilidad y que un objeto o existencia baje nuestra vibración.
Todo lo que consuena con nosotros tiene
un lazo, una cuerda que nos une a esa existencia eternamente, solo
que algunos lazos serán más fuertes, más perceptibles e inmutables
en el tiempo, en el espacio, sin importar el plano, la existencia o
el Universo donde nos encontremos.
El lazo vibracional y la consonancia
que nos une a nuestras madres humanas, Madre Tierra y Madres Cósmicas
nunca se rompe y permanece fuerte y perceptible por siempre. No
importa en qué ni donde nos reencarnemos, en qué plano existamos o
en qué Universo nos desplazemos, ese lazo nos une a ellas por
siempre.
Otros lazos, como las personas, seres o
existencias que pasan por nuestras vidas, nuestros diferentes
propósitos de vida en todas nuestras vidas, permanecen ahí pero el
lazo es más débil y solemos olvidarlos. Su frecuencia sigue en
nosotros de manera sutil.
La Humanidad ha perdido la conciencia
de todos los lazos vibraciones que le unen al resto de la gran red.
Todo funciona, todo sigue fluyendo conectado a la gran red y a la
Fuente, independientemente de si somos conscientes o no.
Algunos nunca recordaran, otros lo
harán en algunas de sus múltiples vidas humanas, otros no recuerdan
si no que la ven, la perciben y están en constante conexión con
ella en conciencia y en vida humana.
Cuando una vida humana recuerda su
unión y toma conciencia de toda la vibración que recibe y la que
emite y cómo la gran red le lleva a la Fuente, su vibración cambia.
Recupera su conciencia de libertad y reconoce a las demás como
tales. Su vibración sube tanto que sin quererlo ayuda a otras a
despertar. La gran red se fortalece y recibe de manera más fuerte y
clara la energía de la Fuente.
Así, como humanos y en este instante,
tomemos conciencia de nuestra vibración y la de los demás, que nos
atrae y nos separa de otros. Con qué consonamos y desconsonamos. Qué
nos acerca y qué nos aleja de la Fuente.
Y podemos ayudarnos con las
herramientas vibraciones que son tangibles y perceptibles para
nosotros. Las ondas sonoras, la música humana. A través de ella nos
llegarán con más facilidad el resto de vibraciones.
Utilicemos ese recurso inagotable e
infinito que nos ofrece nuestra Madre Tierra.
Adelante.
Meditación
Siéntate o tumbáte en una postura
cómoda.
…
Cierra los ojos.
…
Respira profundamente 3 veces.
…
Conexión canalizada por lo Guías de
Agartam:
“Nuestra respiración es la puerta de
entrada a la conciencia del cuerpo presente y éste a su vez, al
sentirlo, al recorrer sus diferentes puntos de luz nos hace recobrar
la conexión física y mental con nosotros mismos y con nuestra Madre
Tierra. Y al abrir las cerraduras de la conciencia del cuerpo físico
hallamos nuestra verdadera presencia y fuente de luz.
Con conciencia presente (yo estoy), con
cuerpo y mente centrados en el instante (yo respiro, yo observo los
pensamientos) y alma abierta y en expansión (yo soy aquí y ahora),
observamos nuestra alma, nuestra luz, nuestra energía. La
reconocemos como nuestro verdadero Yo, el que conoce lo que de verdad
nos acerca a la paz con nosotros mismos y con los demás.”
…
Comenzamos.
…
A continuación leeréis o escucharéis
la historia canalizada que el Aracángel Sandalfón nos envía sobre
el Origen del Cosmos. Visualiza la historia que te voy
a contar.
…
"Existía el vacío, en el preorigen de
todo. No es origen porque no había espacio ni tiempo. Solo el vacío.
Pero no el vacío como concepto de nada, sino el vacío porque no
existía nada de lo que ha existido, existe o existirá.
Era un vacío contenedor del Ser Uno,
de la Gran Conciencia.
Aunque el vacío no era un lugar ni un
espacio por lo que no contenía nada. Ni a Él ni a Ella, ni a Ello.
Existía como potencial de existencia.
Como un : puedo llegar a ser, soy la nada que contiene el todo lo
posible, no puedo ser nada ni contener nada porque estaría limitando
la futura creación. Debo partir de la nada.
En ese vacío, el Ser Uno, existía en
ese vacío que llenaba Él mismo.
Desconozco lo que hubo antes del vacío
y el Ser Uno y por qué decidió empezar a crear y si su Conciencia
era consciente de lo que ocurriría después y en que se
transformaría el Vacío.
Como vosotros, nuestra comprensión y
nuestro conocimiento sobre el Cosmos tiene límites y el Creador a
veces es incomprensible para nosotros.
Desconozco si el Vacío existía como
entidad a la par que el Creador, o era una propiedad consecuente con
su existencia.
Comenzó el instante.
La vibración de la primera partícula
nació del movimiento creador que dio el Ser Uno, la Gran Conciencia.
Esa partícula vibró y consonó perfectamente con su Creador,
creando un lazo atemporal. La primera partícula fue la primera
expresión de entidad dentro del vacío, convirtiéndose en una
partícula con un potencial de existencia infinito. Y por eso partió
de la expresión más simple y la composición más sutil que pudiera
existir. Y así, comenzó el espacio, pues la partícula delimitaba
su diferencia entre ella y lo demás.
La simpleza y lo sutil existiendo en el
primer instante y en el primer espacio al mismo tiempo que su
movimiento. Pues existencia y movimiento son inseparables.
Creador y partícula vibraron en el
único movimiento energético posible y existente, el Amor. Y cada
vibración con su campo eléctrico, magnético y sonoro, único e
irrepetible.
Y la curiosidad hizo que creara más
partículas. Y todas vibraban en consonancia con su Creador, pero no
entre sí.
Se creó una gran red individual de
partículas unidas a un centro pero inestables, pues su existencia
vibracional dependía de su Creador.
Consciente de esta soledad cósmica,
donde Él mismo estaba unido a un sinfín de partículas sin
conciencia propia y por tanto sin conciencia de la que tenían a su
lado, el Creador decidió dejar de crear y se dio cuenta de que tenía
que cambiar su propia existencia, su frecuencia vibratoria para que
esas partículas cambiaran.
Y cambió. Emitió una frecuencia que
cada partícula detectó como el nacimiento de su propia existencia
independiente y libre. El lazo continuaba existiendo pero vibraba en
una frecuencia donde imposibilitaba la dependencia y la mirada única
hacia su Creador.
Inmediatamente percibieron todo a su
alrededor y la consonancia y desconsonancia que se produjo en aquel
momento fue el Inicio del Todo. Y la unión de consonancias creó
infinitas músicas cósmicas.
Millones y millones de partículas
decidiendo por sí mismas en función de su frecuencia a que otras
partículas se unían y de cuáles otras se separaban.
El destello de luz, la creación de la
energía y la materia alcanzó los límites de su Creador y fue más
allá.
La Creación se expandió de sí misma
y el Origen dejó de existir porque la expansión creadora ya era el
Origen en sí.
Infinita materia y energía que hizo de
nuevo cambiar la frecuencia vibratoria de su Creador.
Algunas partículas recordaron por
siempre su origen. Otras lo olvidaron, pero el lazo nunca se rompió.
El Creador no hizo nada más, mas que
tomar conciencia de que el origen de esa creación había sido Él
pero depués, la propia Creación había sobrepasado al Creador
mismo. Por tanto, no le quedó mas que observar desde el amor y el
respeto por una existencia que se había creado por sí misma al
dotarla de libertad y al abandonar la dependencia hacia la Fuente.
La masa de energía y materia se fue
expandiendo y creando por sí misma con la compañía y la luz de la
Conciencia.
Una masa compuesta por infinitas
partículas conscientes de sí mismas y de su alrededor.
Y la Conciencia dejó hacer, dejó
existir, dejó decidir y dejó de crear, ya que no era necesario.
Cada música cósmica nueva llegaba al
Creador y éste tomaba conciencia de cada nueva existencia. Y le
enviaba luz y más vibración de libertad.
Algunas existencias cósmicas se
crearon desde el azar y la aparente casualidad al consonar partículas
que perdían la conciencia de estar creando. Otras existencias
nacieron desde la conciencia de partículas.
Yo soy, yo consueno contigo y con la
gran red. Yo soy libre. Yo soy una existencia creadora. Yo creo
existencias desde mi conciencia y mi libertad para decidir.
Yo actúo desde mi unión a la fuente
pero independientemente de ella. Y la acción me hace ser creadora.
Y así la Energía unida a la Materia
en plena expansión era una unión perfecta ya que todas las
frecuencias vibratorias que la componían provenían de la Fuente y
de la Gran Energía, del Ser Uno, del Amor.
No existía la duda, ni la confusión
de si una partícula debía ser otra o existir de otra manera
diferente a cómo lo hacía. Todo era perfecto porque provenía de la
Fuente y aunque las creaciones de las creaciones ya no provenían de
la fuente directamente, eran igual de perfectas.
La belleza expansiva de la Creación
maravillaba a su Creador y observaba como la libertad por el sendero
del amor hacia al Infinito posible. Todo el potencial de la
existencia, de la Creación y de su creador por un pequeño cambio
vibratorio.
La libertad produjo diversidad.
La belleza del proceso nunca tuvo fin,
ni nunca lo tendrá.
Cada nueva creación que se sigue
produciendo (ya sea el nacimiento de un bebé o llevar a la acción
una idea que mejore la vida de las personas) es más bella que la
anterior. Y todas vibran en una frecuencia, en una música cósmica
irrepetible y única.
Es como si el nacimiento de cada
creación trajera consigo una partitura única y a lo largo de su
existencia, esa partitura no perdiera su esencia pero fuera cambiando
y mejorando la melodía.
Vibramos en sintonía al ver a nuestro
hijo nacer, escuchamos su música cósmica.
Vibramos en sintonía con el trabajo
que escogemos y bailamos su música.
Aunque por supuesto, siempre tenemos
libertad de elección y muchas veces esa vibración se pierde o se
altera.
Vibramos en sintonía con las personas
que comparten nuestras vidas.
Vibramos en sintonía con nuestra
misión de vida, porque todos, sin excepción la estamos cumpliendo,
siendo conscientes o no.
Y todos creamos, contribuimos a la
expansión que inició el Creador. Y al crear, componemos nuevas
partituras y nuevas músicas cósmicas.
Al crear, unimos libremente partículas,
consonamos vibraciones y nuevas músicas.
Muy poco nos diferenciamos del Creador.
Apenas pequeños detalles nos hacen creer que Él en un ser supremo
y superior a nosotros. Él es el Origen y la como Gran Conciencia,
conoce de todas las creaciones. Nosotros somos sus hijos,
independientes y libres y olvidamos nuestra Conciencia y la
consciencia de donde venimos, quienes somos y cómo estamos
conectados a una gran red creadora y expansiva. Olvidamos el
potencial y el Ser Creador que somos.
El Gran Creador comprende que la
humanidad nos "limita y nos autodestruye" es igual de perfecta que la parte más bella. La ama y respeta por
igual. Pero vosotros no lo hacéis.
La frecuencia vibratoria, la música
cósmica crece a la par que la creación o la evolución. No tiene
fin. A cada nueva vibración, nuevas consonancias y nuevas
creaciones, nuevas desconsonancias y transformaciones.
La música cósmica es el libro de la
historia del Cosmos.
Siente cualquier creación tuya, porque
tras de sí contiene toda la historia de la Existencia.
Siente la música cósmica de la Madre
Tierra.
Siente la frecuencia vibratoria de tu
madre, su sonido.
Tu consonancia con ellas, nunca se
perderá.
Podéis sanar ese concepto de
imperfectos que tenéis volviendo al Origen, a la vibración inicial.
Recuperando las partituras de la música cósmica de vuestras
creaciones.
Escucha y siente.
Escucha y siente."
…
Agudiza tus sentidos, observa con tu
tercer ojo, siente las moléculas de aire que llegan a tu nariz y a
tu boca, siente en tu aura las vibraciones que llegan y se desprenden
de ti. Y escucha.
Escucha desde tu corazón y tu alma, no
desde tu oido humano.
Escucha el vacío que te rodea y el
vacío que contiene todo tu potencial.
El vacío no es la nada, sino lo que
permite el potencial que tendrá tu creación y tu propia existencia.
…
Percibe ese vacío. Ese potencial. Te
rodea por completo.
…
Aparentemente en silencio.
…
Escucha ese vacío sintiendo tu
potencial, sintiendo que ese vacío es la infinidad de lo que podrías
llegar a ser, de las infinitas creaciones que traerás a esta
existencia.
…
Escucha el vacío.
Solo desde el silencio captaras las
ondas de la música cósmica de tus creaciones.
Incluso la música de cuando tu fuiste
creado. La partitura de tu nacimiento.
…
Deja que lleguen a ti su ondas.
..
Llegan a través del vacío.
…
Deja SER al Vacío y llegaran a ti.
…
Escucha y siente.
…
Está bien si sientes algo parecido a
una música humana, o un ritmo, o solo vibraciones. O si estas viendo
algo.
…
Tu mente esta utilizando metáforas y
símbolos a algo que no comprende porque no ha experimentado
conscientemente. Permítele.
…
Escucha, siente el silencio, el vacío
y llegará a ti.
…
…
…
Llega a ti.
…
La música cósmica de cuando fuiste
creado, la música cósmica de tus creaciones, llega con una
vibración a todas las células de tu cuerpo que comienzan a vibrar
en consonancia y a sanarse.
…
…
La música cósmica trae una vibración
que viene directamente de la Fuente y por tanto su potencial sanador
es rápido y efectivo.
…
Siente como la vibración de la música
cósmica se acopla a tu vibración vital.
…
Ambas en consonancia.
…
Sanas.
…
Es posible que estés sanando
diferentes partes de ti, pero la vibración llega, la sanación
llega.
…
Siente como esa vibración, esa música
pura que has creado y que está unida al Cosmos te rodea y eleva tu
luz, energía blanca y brillante.
…
Oigo mi origen, oigo el origen de mis
creaciones.
Siento la música del cosmos en mi.
Siento la música cósmica que mis
padres crearon para mi.
La registro y la recuerdo.
Es sanadora para mi, porque mi origen
es luz.
Porque el origen de todo lo que creo en
realidad me lleva a mi origen, en realidad lleva la música de mi
origen.
Gracias Madre, gracias Padre.
Gracias Cosmos.
Gracias Gran Padre y Gran Madre.
Mi música es perfecta, mi vibración
es perfecta.
Respira…
…
Respira vibracion…
…
Respira las ondas, la frecuencia…
…
Respira los lazos que te unen al
Cosmos…
…
Registra y recuerda.
…
El Arcángel Sandalfón y los Guías te
ayudan.
…
Gracias.
…
Respira…
…
…
Toda esa vibración queda en ti y
remueve todo tu ser.
…
Toda esa vibración está en tu
consciencia y poco a poco vuelves a ella.
…
Al momento presente.
…
Y poco a poco tomas conciencia de la
vibración que despierta tu piel.
…
Toca tus dedos, toca tus manos, toca tu
cara…
…
A cada roce piel con piel aún más
penetra la vibración de la música cósmica en ti.
…
Masajea tu cuerpo.
…
Tu cuerpo perfecto y tu vibración
perfecta.
…
Respira y recupera movilidad.
…
Respira y recupera el presente.
…
Estás aquí.
…
Mensaje del Arcángel Sandalfón para
ti:
Gracias ser maravilloso que eres.
Gracias por tu amor y tu entrega a esta
humanidad y a este Cosmos.
Gracias por la luz que aportas cada
día.
Gracias por las semillas de evolución
que nos regalas cada día.
Gracias por la música hermosa que
creas cada día.
Gracias humano, gracias maravillosa
semilla de luz.
Gracias.
Daremos fin a la sesión compartiendo impresiones, experiencias, pensamientos, sensaciones que se hayan tenido, quien así lo desee.
Repartiremos los mensajes canalizados.
Ofreceremos una oración de agradecimiento a los presentes, los Guías y seres de Luz.
Gracias, gracias, gracias.
Lugar:
BlueMoon Dansa Pilates Ioga,
BlueMoon Dansa Pilates Ioga,
Avinguda Mónaco, 37, 08917, Badalona.
Fecha y hora:
Viernes, 22 de marzo a las 18 horas.
Viernes, 22 de marzo a las 18 horas.
Recomendaciones:
Agua.
Ropa cómoda, a ser posible de colores
claros.
Esterilla, cojín o mantita para taparte
durante la meditación.Contacto:
Si quieres asistir a Encuentros de Luz o quieres contactar para recibir más información puedes encontrarme a través de facebook o gmail.
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