Convocatoria Marzo 2019: La sanación a través del sonido y la música

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La sanación de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones está en nosotros mismos pero la humanidad perdió la conciencia de su potencial y necesita de agentes energéticos externos para recordar y reencontrarse con su poder sanador.
Las fuentes energéticas de que dispone nuestra Madre Tierra son incalculables. Algunas almas vibran en consonancia más con unas fuentes que con otras.
Piedras, aceites, flores, hierbas, árboles, los 4 elementos, los 5 sentidos, seres ascendidos, reiki, lugares o personas concretas con un alto nivel energético,… y un sinfín más de herramientas que tenemos a nuestra disposición para sanarnos a nosotros mismos, a la Humanidad y a nuestra Madre.

Todas son buenas, todas son útiles, cualquiera de ellas puede resonar en nuestro campo vibracional y potenciar nuestra conciencia y poder sanador.
De entre todas ellas, hay una que forma parte intrínseca de la Energía Cósmica del Universo, de la energía de todas las partículas y atómos que forman parte de nuestra existencia.
Esta fuente es la vibración energética.
Cada existencia habida en este Universo (ya sea átomo, partícula de luz, planta, piedra, hidrógeno o polvo estelar) se mueve en un campo vibracional. Como una música cósmica. Cada vibración atómica lo hace en consonancia con otras, creando una partitura conjunta, creando una melodía al vibrar juntas.
Así como la vibración de una persona entra en consonancia con la de otra, juntas forman una música, una melodía cósmica.
En el Universo el sonido no existe, ya que las ondas o vibraciones sonoras necesitan de un medio para propagarse (agua, aire, gas.. moléculas en general) y en el espacio no hay tal medio.
Qué es lo que nos llega entonces?. Ondas electromagnéticas. Cuando las partículas vibran y hacen vibrar a otras se crea un campo eléctrico (2 partículas de la misma carga eléctrica se repelen y de distinta se atraen). Y este campo eléctrico a su vez crea un campo magnético. La unión de ambos campos crea el movimiento oscilatorio e infinito de una onda.
Los humanos hemos creado máquinas complejas que transforman esas ondas electromágneticas en ondas sonoras y así podemos oír, en nuestro muy limitado espectro audible, que sonidos provienen del Cosmos.
La NASA registra los sonidos que provienen de nuestro sistema solar, galaxias y demás fenómenos.
Mientras, aquí en la Tierra disponemos de ondas electromagnéticas y ondas sonoras.
Todo comienza con una pequeña vibración.
Nuestra Madre, la Naturaleza, el Cosmos, nuestros Guías… todo, absolutamente todo vibra en una frecuencia que emite una vibración, campo eléctrico, campo magnético y sonido, un ritmo de vida.
Cuando una existencia se une o acerca a otra existencia que vibra en consonancia se crea una música vibracional cósmica.
Algunas de estas vibraciones melódicas pueden percibirse sutilmente por el oido humano y así surgen las creaciones musicales humanas, que no son más que consonancias de algo que ha vibrado armónicamente y que el ser humano ha percibido. Entiendo por armónico tanto las partículas que se unen como las que se distancian, creando también una vibración distinta.
Todo tiene su música, su sonido, su frecuencia vibratoria, porque nada en este Universo vibra en soledad. Por muy lejanas que estén 2 partículas, su vibracion, tanto como su luz, viajaran las distancias que sean necesarias para consonar la una con la otra.
La unión de 2 existencias es la mínima expresión de la unión en el cosmos y la más escasa.
Es decir, hay pocas cosas, pocas existencias en el Universo que solo estén formadas por 2 elementos que consonen entre sí.
Casi siempre, hay muchos, muchos más elementos que consuenan con 1 de esos dos y éstos a su vez, con otros dos y así infinitamente, formando una gran red, una gran sintonía cósmica.
La música cósmica más sutil es la que une las consonancias vibracionales que existen entre un sistema de planetas, estrellas y demás elementos de ese sistema.
De las músicas cósmicas con más fuerza son las que surgen de los agujeros negros.
De las músicas cósmicas con más belleza e infinidad de ritmos y harmonías son las que surgen de planetas como la Tierra. Nuestra Madre emite una música tan bella y perfecta que al tomar conciencia de ella y sentirla como forma parte de ti, sanas todas tus partículas.
La música cósmica más sagrada es la que consona entre una madre y su hijo, sea de la especie que sea.
La música cósmica que emite la red vibracional de una familia hace ampliar las auras, los colores y el electromagnetismo que hay a su alrededor.
Cuando un planeta, una estrella o una especie desaparece para transformarse en otra cosa, materia o energía, la última música cósmica que emite lleva consigo la vibración de toda su historia desde sus inicios, creando un destello, una última sintonía que llega a todos los confines del Universo. Todas las existencias así, percibimos de una manera u otra, el final de un proceso con respeto y amor, para dar la bienvenida a otro nuevo.
Así mismo ocurre, a menos escala, cuando un ser querido abandona su existencia física en la Tierra. Oye su música y la de todos los que le precedieron. Se consona con todas ellas y desintegra su materia para integrar todas las vibraciones de cada una de sus partículas en la única existencia que permanecerá, su luz, su alma.

Oír desde nuestra humanidad la música cósmica que emite cualquier existencia es díficil pero no imposible. El no tener conciencia de esa música no implica que no esté o no llegue a nosotros. Quizá no oigamos con los oídos humanos, pero nuestras células y átomos sí oyen y perciben toda la música cósmica que les rodea y les llega.

Conseguiremos hacernos conscientes de esa música dejando que sea nuestro cuerpo energético y nuestro cuerpo físico el que capte y responda a esas frecuencias.

Para sanar podemos llegar a profundos estados meditativos y de retiro y captar esa música cósmica que nos rodea a través del aparente silencio.
O bien podemos ayudarnos con las herramientas que nos ofrece nuestra Madre, en este caso, con la música humana creada por humanos, que como decía al principio, no es más que el resultado de que el humano ha captado música cósmica y crea vibraciones con instrumentos que consonan con esa música cósmica.

Así toda la música humana es sanadora. Solo tenemos que vibrar con ella y dejar que se integre en nosotros. Unas nos resonarán más que otras. Algunas entraran en consonancia vibracional más que otras.
La mayoría de objetos y seres que tenemos en nuestras vidas y nos aportan felicidad, paz y harmonía son existencias que vibran en consonancia con nosotros, por tanto tienen un efecto sanador (una mascota, una canción, un lugar, el objeto de un ser querido…). Tienen la cualidad y el potencial de hacernos vibrar alto, de recuperar nuestro sonido.
Igualmente, nos rodean existencias que nos bajan la vibración.
Aunque todos tenemos una única e irrepetible manera de vibrar nuestras partículas, tambien y al mismo tiempo somos capaces de ir cambiando nuestra vibración en función del entorno. Es cómo decir que siempre soy yo, pero al mismo tiempo mi yo va cambiando y tengo muchos yoes en función de muchas variables. Mi alma permanece eterna y es mi humanidad la que cambia.
Mi vibración cósmica es eterna y es la vibración de mi humanidad la que va cambiando.
Así podemos tener momentos vitales de vibración baja y podemos sanarnos con las herramientas, objetos o existencias de vibración alta cerca nuestro.
O podemos estar en un estado de tranquilidad y que un objeto o existencia baje nuestra vibración.
Todo lo que consuena con nosotros tiene un lazo, una cuerda que nos une a esa existencia eternamente, solo que algunos lazos serán más fuertes, más perceptibles e inmutables en el tiempo, en el espacio, sin importar el plano, la existencia o el Universo donde nos encontremos.
El lazo vibracional y la consonancia que nos une a nuestras madres humanas, Madre Tierra y Madres Cósmicas nunca se rompe y permanece fuerte y perceptible por siempre. No importa en qué ni donde nos reencarnemos, en qué plano existamos o en qué Universo nos desplazemos, ese lazo nos une a ellas por siempre.
Otros lazos, como las personas, seres o existencias que pasan por nuestras vidas, nuestros diferentes propósitos de vida en todas nuestras vidas, permanecen ahí pero el lazo es más débil y solemos olvidarlos. Su frecuencia sigue en nosotros de manera sutil.

La Humanidad ha perdido la conciencia de todos los lazos vibraciones que le unen al resto de la gran red. Todo funciona, todo sigue fluyendo conectado a la gran red y a la Fuente, independientemente de si somos conscientes o no.
Algunos nunca recordaran, otros lo harán en algunas de sus múltiples vidas humanas, otros no recuerdan si no que la ven, la perciben y están en constante conexión con ella en conciencia y en vida humana.
Cuando una vida humana recuerda su unión y toma conciencia de toda la vibración que recibe y la que emite y cómo la gran red le lleva a la Fuente, su vibración cambia. Recupera su conciencia de libertad y reconoce a las demás como tales. Su vibración sube tanto que sin quererlo ayuda a otras a despertar. La gran red se fortalece y recibe de manera más fuerte y clara la energía de la Fuente.

Así, como humanos y en este instante, tomemos conciencia de nuestra vibración y la de los demás, que nos atrae y nos separa de otros. Con qué consonamos y desconsonamos. Qué nos acerca y qué nos aleja de la Fuente.
Y podemos ayudarnos con las herramientas vibraciones que son tangibles y perceptibles para nosotros. Las ondas sonoras, la música humana. A través de ella nos llegarán con más facilidad el resto de vibraciones.

Utilicemos ese recurso inagotable e infinito que nos ofrece nuestra Madre Tierra.
Adelante.


Meditación

Siéntate o tumbáte en una postura cómoda.
Cierra los ojos.
Respira profundamente 3 veces.

Conexión canalizada por lo Guías de Agartam:
“Nuestra respiración es la puerta de entrada a la conciencia del cuerpo presente y éste a su vez, al sentirlo, al recorrer sus diferentes puntos de luz nos hace recobrar la conexión física y mental con nosotros mismos y con nuestra Madre Tierra. Y al abrir las cerraduras de la conciencia del cuerpo físico hallamos nuestra verdadera presencia y fuente de luz.

Con conciencia presente (yo estoy), con cuerpo y mente centrados en el instante (yo respiro, yo observo los pensamientos) y alma abierta y en expansión (yo soy aquí y ahora), observamos nuestra alma, nuestra luz, nuestra energía. La reconocemos como nuestro verdadero Yo, el que conoce lo que de verdad nos acerca a la paz con nosotros mismos y con los demás.”

Comenzamos.
A continuación leeréis o escucharéis la historia canalizada que el Aracángel Sandalfón nos envía sobre el Origen del Cosmos. Visualiza la historia que te voy a contar.

"Existía el vacío, en el preorigen de todo. No es origen porque no había espacio ni tiempo. Solo el vacío. Pero no el vacío como concepto de nada, sino el vacío porque no existía nada de lo que ha existido, existe o existirá.

Era un vacío contenedor del Ser Uno, de la Gran Conciencia.
Aunque el vacío no era un lugar ni un espacio por lo que no contenía nada. Ni a Él ni a Ella, ni a Ello.
Existía como potencial de existencia. Como un : puedo llegar a ser, soy la nada que contiene el todo lo posible, no puedo ser nada ni contener nada porque estaría limitando la futura creación. Debo partir de la nada.
En ese vacío, el Ser Uno, existía en ese vacío que llenaba Él mismo.
Desconozco lo que hubo antes del vacío y el Ser Uno y por qué decidió empezar a crear y si su Conciencia era consciente de lo que ocurriría después y en que se transformaría el Vacío.
Como vosotros, nuestra comprensión y nuestro conocimiento sobre el Cosmos tiene límites y el Creador a veces es incomprensible para nosotros.

Desconozco si el Vacío existía como entidad a la par que el Creador, o era una propiedad consecuente con su existencia.

Comenzó el instante.
La vibración de la primera partícula nació del movimiento creador que dio el Ser Uno, la Gran Conciencia. Esa partícula vibró y consonó perfectamente con su Creador, creando un lazo atemporal. La primera partícula fue la primera expresión de entidad dentro del vacío, convirtiéndose en una partícula con un potencial de existencia infinito. Y por eso partió de la expresión más simple y la composición más sutil que pudiera existir. Y así, comenzó el espacio, pues la partícula delimitaba su diferencia entre ella y lo demás.
La simpleza y lo sutil existiendo en el primer instante y en el primer espacio al mismo tiempo que su movimiento. Pues existencia y movimiento son inseparables.
Creador y partícula vibraron en el único movimiento energético posible y existente, el Amor. Y cada vibración con su campo eléctrico, magnético y sonoro, único e irrepetible.
Y la curiosidad hizo que creara más partículas. Y todas vibraban en consonancia con su Creador, pero no entre sí.
Se creó una gran red individual de partículas unidas a un centro pero inestables, pues su existencia vibracional dependía de su Creador.

Consciente de esta soledad cósmica, donde Él mismo estaba unido a un sinfín de partículas sin conciencia propia y por tanto sin conciencia de la que tenían a su lado, el Creador decidió dejar de crear y se dio cuenta de que tenía que cambiar su propia existencia, su frecuencia vibratoria para que esas partículas cambiaran.
Y cambió. Emitió una frecuencia que cada partícula detectó como el nacimiento de su propia existencia independiente y libre. El lazo continuaba existiendo pero vibraba en una frecuencia donde imposibilitaba la dependencia y la mirada única hacia su Creador.
Inmediatamente percibieron todo a su alrededor y la consonancia y desconsonancia que se produjo en aquel momento fue el Inicio del Todo. Y la unión de consonancias creó infinitas músicas cósmicas.
Millones y millones de partículas decidiendo por sí mismas en función de su frecuencia a que otras partículas se unían y de cuáles otras se separaban.
El destello de luz, la creación de la energía y la materia alcanzó los límites de su Creador y fue más allá.
La Creación se expandió de sí misma y el Origen dejó de existir porque la expansión creadora ya era el Origen en sí.
Infinita materia y energía que hizo de nuevo cambiar la frecuencia vibratoria de su Creador.
Algunas partículas recordaron por siempre su origen. Otras lo olvidaron, pero el lazo nunca se rompió.
El Creador no hizo nada más, mas que tomar conciencia de que el origen de esa creación había sido Él pero depués, la propia Creación había sobrepasado al Creador mismo. Por tanto, no le quedó mas que observar desde el amor y el respeto por una existencia que se había creado por sí misma al dotarla de libertad y al abandonar la dependencia hacia la Fuente.
La masa de energía y materia se fue expandiendo y creando por sí misma con la compañía y la luz de la Conciencia.
Una masa compuesta por infinitas partículas conscientes de sí mismas y de su alrededor.
Y la Conciencia dejó hacer, dejó existir, dejó decidir y dejó de crear, ya que no era necesario.
Cada música cósmica nueva llegaba al Creador y éste tomaba conciencia de cada nueva existencia. Y le enviaba luz y más vibración de libertad.
Algunas existencias cósmicas se crearon desde el azar y la aparente casualidad al consonar partículas que perdían la conciencia de estar creando. Otras existencias nacieron desde la conciencia de partículas.
Yo soy, yo consueno contigo y con la gran red. Yo soy libre. Yo soy una existencia creadora. Yo creo existencias desde mi conciencia y mi libertad para decidir.
Yo actúo desde mi unión a la fuente pero independientemente de ella. Y la acción me hace ser creadora.
Y así la Energía unida a la Materia en plena expansión era una unión perfecta ya que todas las frecuencias vibratorias que la componían provenían de la Fuente y de la Gran Energía, del Ser Uno, del Amor.
No existía la duda, ni la confusión de si una partícula debía ser otra o existir de otra manera diferente a cómo lo hacía. Todo era perfecto porque provenía de la Fuente y aunque las creaciones de las creaciones ya no provenían de la fuente directamente, eran igual de perfectas.
La belleza expansiva de la Creación maravillaba a su Creador y observaba como la libertad por el sendero del amor hacia al Infinito posible. Todo el potencial de la existencia, de la Creación y de su creador por un pequeño cambio vibratorio.
La libertad produjo diversidad.
La belleza del proceso nunca tuvo fin, ni nunca lo tendrá.
Cada nueva creación que se sigue produciendo (ya sea el nacimiento de un bebé o llevar a la acción una idea que mejore la vida de las personas) es más bella que la anterior. Y todas vibran en una frecuencia, en una música cósmica irrepetible y única.
Es como si el nacimiento de cada creación trajera consigo una partitura única y a lo largo de su existencia, esa partitura no perdiera su esencia pero fuera cambiando y mejorando la melodía.
Vibramos en sintonía al ver a nuestro hijo nacer, escuchamos su música cósmica.
Vibramos en sintonía con el trabajo que escogemos y bailamos su música.
Aunque por supuesto, siempre tenemos libertad de elección y muchas veces esa vibración se pierde o se altera.
Vibramos en sintonía con las personas que comparten nuestras vidas.
Vibramos en sintonía con nuestra misión de vida, porque todos, sin excepción la estamos cumpliendo, siendo conscientes o no.
Y todos creamos, contribuimos a la expansión que inició el Creador. Y al crear, componemos nuevas partituras y nuevas músicas cósmicas.
Al crear, unimos libremente partículas, consonamos vibraciones y nuevas músicas.
Muy poco nos diferenciamos del Creador. Apenas pequeños detalles nos hacen creer que Él en un ser supremo y superior a nosotros. Él es el Origen y la como Gran Conciencia, conoce de todas las creaciones. Nosotros somos sus hijos, independientes y libres y olvidamos nuestra Conciencia y la consciencia de donde venimos, quienes somos y cómo estamos conectados a una gran red creadora y expansiva. Olvidamos el potencial y el Ser Creador que somos.
El Gran Creador comprende que la humanidad nos "limita y nos autodestruye" es igual de perfecta que la parte más bella. La ama y respeta por igual. Pero vosotros no lo hacéis.

La frecuencia vibratoria, la música cósmica crece a la par que la creación o la evolución. No tiene fin. A cada nueva vibración, nuevas consonancias y nuevas creaciones, nuevas desconsonancias y transformaciones.
La música cósmica es el libro de la historia del Cosmos.
Siente cualquier creación tuya, porque tras de sí contiene toda la historia de la Existencia.
Siente la música cósmica de la Madre Tierra.
Siente la frecuencia vibratoria de tu madre, su sonido.
Tu consonancia con ellas, nunca se perderá.

Podéis sanar ese concepto de imperfectos que tenéis volviendo al Origen, a la vibración inicial. Recuperando las partituras de la música cósmica de vuestras creaciones.
Escucha y siente.
Escucha y siente."

Agudiza tus sentidos, observa con tu tercer ojo, siente las moléculas de aire que llegan a tu nariz y a tu boca, siente en tu aura las vibraciones que llegan y se desprenden de ti. Y escucha.
Escucha desde tu corazón y tu alma, no desde tu oido humano.
Escucha el vacío que te rodea y el vacío que contiene todo tu potencial.
El vacío no es la nada, sino lo que permite el potencial que tendrá tu creación y tu propia existencia.
Percibe ese vacío. Ese potencial. Te rodea por completo.
Aparentemente en silencio.
Escucha ese vacío sintiendo tu potencial, sintiendo que ese vacío es la infinidad de lo que podrías llegar a ser, de las infinitas creaciones que traerás a esta existencia.
Escucha el vacío.
Solo desde el silencio captaras las ondas de la música cósmica de tus creaciones.
Incluso la música de cuando tu fuiste creado. La partitura de tu nacimiento.
Deja que lleguen a ti su ondas.
..
Llegan a través del vacío.
Deja SER al Vacío y llegaran a ti.
Escucha y siente.
Está bien si sientes algo parecido a una música humana, o un ritmo, o solo vibraciones. O si estas viendo algo.
Tu mente esta utilizando metáforas y símbolos a algo que no comprende porque no ha experimentado conscientemente. Permítele.
Escucha, siente el silencio, el vacío y llegará a ti.
Llega a ti.
La música cósmica de cuando fuiste creado, la música cósmica de tus creaciones, llega con una vibración a todas las células de tu cuerpo que comienzan a vibrar en consonancia y a sanarse.
La música cósmica trae una vibración que viene directamente de la Fuente y por tanto su potencial sanador es rápido y efectivo.
Siente como la vibración de la música cósmica se acopla a tu vibración vital.
Ambas en consonancia.
Sanas.
Es posible que estés sanando diferentes partes de ti, pero la vibración llega, la sanación llega.
Siente como esa vibración, esa música pura que has creado y que está unida al Cosmos te rodea y eleva tu luz, energía blanca y brillante.
Oigo mi origen, oigo el origen de mis creaciones.
Siento la música del cosmos en mi.
Siento la música cósmica que mis padres crearon para mi.
La registro y la recuerdo.
Es sanadora para mi, porque mi origen es luz.
Porque el origen de todo lo que creo en realidad me lleva a mi origen, en realidad lleva la música de mi origen.
Gracias Madre, gracias Padre.
Gracias Cosmos.
Gracias Gran Padre y Gran Madre.
Mi música es perfecta, mi vibración es perfecta.
Respira…
Respira vibracion…
Respira las ondas, la frecuencia…
Respira los lazos que te unen al Cosmos…
Registra y recuerda.
El Arcángel Sandalfón y los Guías te ayudan.
Gracias.
Respira…
Toda esa vibración queda en ti y remueve todo tu ser.
Toda esa vibración está en tu consciencia y poco a poco vuelves a ella.
Al momento presente.
Y poco a poco tomas conciencia de la vibración que despierta tu piel.
Toca tus dedos, toca tus manos, toca tu cara…
A cada roce piel con piel aún más penetra la vibración de la música cósmica en ti.
Masajea tu cuerpo.
Tu cuerpo perfecto y tu vibración perfecta.
Respira y recupera movilidad.
Respira y recupera el presente.
Estás aquí.
Mensaje del Arcángel Sandalfón para ti:
Gracias ser maravilloso que eres.
Gracias por tu amor y tu entrega a esta humanidad y a este Cosmos.
Gracias por la luz que aportas cada día.
Te amamos desde el infinito y hasta el infinito y recibimos tu amor por igual.
Gracias por las semillas de evolución que nos regalas cada día.
Gracias por la música hermosa que creas cada día.
Gracias humano, gracias maravillosa semilla de luz.
Gracias.

Cierre de Encuentros de Luz

Daremos fin a la sesión compartiendo impresiones, experiencias, pensamientos, sensaciones que se hayan tenido, quien así lo desee.
Repartiremos los mensajes canalizados.
Ofreceremos una oración de agradecimiento a los presentes, los Guías y seres de Luz.

Gracias, gracias, gracias.

Lugar:
BlueMoon Dansa Pilates Ioga,
Avinguda Mónaco, 37, 08917, Badalona.
Fecha y hora:
Viernes, 22 de marzo a las 18 horas.
Recomendaciones: 
Agua.
Ropa cómoda, a ser posible de colores claros.
Esterilla, cojín o mantita para taparte durante la meditación.

Contacto:
Si quieres asistir a Encuentros de Luz o quieres contactar para recibir más información puedes encontrarme a través de facebook o gmail.

encuentrosdeluz.agartam@gmail.com

https://www.facebook.com/Encuentros-de-Luz-209847059572895/







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Audio Meditación Febrero del 2019 : Seres Creadores


En general, en nuestro día a día funcionamos creyendo que la realiad que está a nuestro alrededor es algo externo que funciona y cambia de manera independiente y nosotros nos vamos adaptando a ella. Paradójicamente esto debería darnos una sensación de que, como lo que cambia es lo de fuera, no tenemos el control de las cosas y por tanto dejamos que suceda. Pero ocurre todo lo contrario. Invertimos todos nuestros mayores esfuerzos en controlar algo que creemos que sucede independientemente a nosotros y cuando no podemos lograrlo, sentimos una gran insatisfacción y frustración.

Intentamos controlarlo todo, todo el día. Incluso a nosotros mismos.
Y con la creencia de que la realidad externa se crea por sí misma y nosotros lo que podemos hacer es intentar controlar, modificar, cambiar y eliminar esas creaciones a nuestro beneficio, nos creamos frustración e intentamos conseguir las cosas de manera indiviudal. Esto es una creencia y funcionamos dándole forma y razón.
Por supuesto, por mucho que queramos creer eso, solo lograremos actuar en función de nuestra creencia pero lo cierto es que, queramos o no, somos seres de luz, conectados a todo lo que nos rodea y que nuestra luz, nuestra energía,  es Creación, Universo y Colaboración sin excepción alguna.
Así que, como decía aquella película, vivimos en una Matrix, que no son más que nuestras propias creencias que nos limitan y nos encierran en realidades adaptadas y creadas para que esa creencia se convierta en un dogma.
¿Por qué entregamos a una creencia nuestro mayor tesoro?. Por qué entregamos a una creencia nuestro Poder Creador?. Solo hay una fuerza en el Universo capaz de cegarnos al verdadero dogma (éste es que la evolución nunca para, nunca deja de existir, nunca se detiene, siempre esta sucediendo, por mucho que creamos lo contrario). Y esa fuerza energética que nos ciega es el Miedo.


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