Comenzamos
el nuevo año solar con la compañía del Dios Cernunnos. La Diosa Brigit nos
acerca a este Dios Celta en unión con la abundancia, la fertilidad y la
renovación, la vida y muerte, la fuerza, el poder y el fin de procesos. Dios de la caza y Señor de los animales
salvajes. Para el pueblo celta representaba el renacer del guerrero, el paso de
niño a adulto, momento para madurar. Para el chamanismo, el ciervo simboliza el
acceso a los nueve mundos o sabidurías.
Llamado
el Guardián del Bosque, el cuidador del equilibrio por la naturaleza, de los
animales, los árboles… con la ayuda de los elementales.
Se le
representa como figura masculina con cuernos de ciervo, desde tiempos del paleolítico.
En muchas culturas el ciervo es un animal sagrado.
Yo,
percibí la Energía Padre con un cuerpo físico materializado y ligado a la
Tierra y una cabeza etérea que desprendía una energía sin fin de infinitos
colores fundiéndose con la Naturaleza (árboles, montañas, nubes, aire…).
Cernunos
nos guía en el camino día a día, pero también nos protege y envía señales. Nos
muestra el equilibrio entre materia y energía, entre mente y espíritu, entre
este mundo y otros. Su cuerpo es terrenal pero su cabeza se funde en la energía
del bosque. Él nos muestra la belleza del equilibrio entre muerte y nacimiento,
crueldad y amor, dureza y sencillez. Así nos presenta su amor incondicional hacia
la Gran Madre.
La
cultura celta lo consideraba el Dios de la Caza, el que les guiaba para obtener
el alimento necesario pero que también se mostraba implacable si rompían el
equilibrio entre lo que se coge y lo que se ofrece. Un equilibrio que al hombre
le cuesta mantener.
Cernunos
toca con sus manos antiguas y duras la hierba fresca que brota entre las hojas,
pero también recorre con su extensa red energética la savia de los árboles y
saborea la fotosíntesis. Cuida de la mariposa en su vuelo diario y ofrece el
alimento a los carnívoros y herbívoros en un intercambio y una transformación
infinita.
Cernunos
no se enfada cuando rompemos el equilibrio, sino que despeja el camino a la ley
del karma.
Nos
acerca a nuestra sagrada humanidad cuando decidimos respetarnos y respetar lo
que nos rodea, ofreciendo una visión plena de nuestra palpable existencia
terrenal y amándola tal cual es. Abriendo lo físico en canal, desgranando vísceras
y órganos para experimentar y comprender que en la danza de la sangre siempre
está la energía y el alma de cada ser, de cada movimiento, de cada
acontecimiento.
Cernunnos
nos rasga la piel para que sintamos el dolor y el placer de existir en un
planeta repleto de posibilidades e infinitas transformaciones.
Pero también
nos abre el tercer ojo para ver el infinito que nos rodea y el séptimo chakra
para conectar con la Naturaleza y con el Cosmos.
Somos
humanos, somos animales, somos puros, energía fundida y materia presente.
No
quisiera acabar este escrito sin hacer un pequeño inciso:
Canalizamos
con una energía cósmica ligada a lo masculino, entendiendo la energía masculina,
no como el género humano masculino, sino como aquella energía del cosmos
protectora de la creación, que avanza y descubre, expansiva, regeneradora, en perfecto
equilibrio con la energía de la Madre, la complementa.
Esta Energía,
simbolizada como Dios Celta con aspecto de hombre con cuernos de ciervo, no es
más que eso. Una representación humana de un suceso que se intenta comprender y
explicar. La religión cristiana, al intentar hacer desparecer todas estas
creencias para unificarlas en una sola, convirtió a este Dios, como otros
muchos, en lo que ellos llaman un Demonio. A mi entender y por mi experiencia
propia, los demonios y demás seres a los que teme la religión cristina no
existen. Hay energías de diferentes vibraciones y todas, sin excepción
provienen de la luz. Algunas deciden dejar de ver o se alejan tanto que creen
haberse perdido. Todas ansían volver, de un modo u otro, en un momento u otro.
Todas. Por tanto, no concibo bajo ningún concepto el temor hacia ellos y menos
aún a la interpretación que la religión católica ha podido hacer.
Aclarado
esto, llega a mi esta energía que nada tiene que ver con ninguna religión y
menos aún con vibración densa. Llega a mi, una energía expansiva y protectora
de nuestros bosques, que equilibra lo terrenal con lo divino y que danza entre el
incesante baile de la naturaleza por transformarse y en todas las etapas por
las que pasa una existencia desde que nace hasta que abandona su materia para
transformarse en otra cosa. Lo menciono como Dios Celta porque es la simbología
ancestral que más se asemeja a la energía que canalizo y es como Él se
materializa a través del lenguaje para que yo pueda entender y comprender.
Gracias Señor de los Bosques,
por llegar a mi y hacerme ver que estas conectado
a todo.
Que tu cuerpo es mi humanidad.
Que tu cabeza es mi divinidad.
Que lo que recoges de arriba se siembra abajo.
Que los frutos que recibes abajo, se funden con
lo de arriba.
Gracias por dejarme ver la amplitud de tu energía.
Y que yo soy Tú y Tú estás en todos.
Agradezco tu compañía y lo que traes para que volvamos
a nuestra Gran Madre.
Gracias.
Gracias Brigid.
Mensaje del Señor de los Bosques:
En Unión con Brigaria, luz de Luna, luz de Sol.
Mi niña de primavera.
Mi mujer de verano.
Mi anciana de otoño.
Que adormece en invierno y resurge de nuevo.
Mia de los llantos de la lluvia.
Mia de las sonrisas de los claros.
Madre de las tormentas.
Mi madre de los mares que alzan hacia el cielo.
Mi hermana que ayuda a crecer a las flores.
Mi abuela que aguarda y transmite todo lo que
sabe.
No soy Yo, sin la Madre que me crea y me ama.
No soy Yo, sin contarme con dulce voz cual es mi camino.
Nazco de su luz, de su vientre de agua.
Nazco con un propósito.
Soy de la Madre, soy Ella.
Nazco con la humanidad y el dolor de no ser Ella.
Y al instante de despegarme y sentir el dolor de
lo terreno,
nazco Yo, Hombre y Señor de los Bosques, Cernos
de la Brigaria.
Y mi cabeza quedó por siempre unida a la Gran
Madre.
Para nunca olvidar quien soy y a qué vine.
Soy Hermano de la Humanidad que siente el dolor
de un cuerpo sintiente.
Soy Padre del dolor del Alma.
Soy Abuelo del dolor de la despedida.
Soy Regeneración al abandonar lo gastado.
Soy el grito de tu luz que recuerda.
Soy la esperanza y la seguridad de que somos Uno.
Siento las leyes de la Madre implacables en mi
piel.
El karma que recorre lo humano que soy.
Comprendo y amo todo lo que soy.
Comprendo y amo todo lo que sois.
Siento la luz de la Fuente, la luz de mi Madre
conectada a través de mi gran red.
Yo recuerdo, yo siento, yo percibo, veo y presiento.
Lo que soy, lo que sois.
Os acompaño en vuestro camino de pesadumbre.
Os acompaño si es así como decidís caminar.
Los canales se abren y fluyen libremente si veis
mis señales y andáis el camino con la alegría de la existencia humana y
confiando en que vuestras partículas saben el camino.
Si tocas mi Alma, sentirás a la Madre, sentirás
al Padre.
Si toco la tuya, recuerdas pasos y te abres a
través de mi.
Hermano, recuerda de donde vienes.
Hijo, ama y respeta a tu Gran Madre.
Vuelve a Ella.
Sólo mírala como ella nos mira.
Yo te ayudo a abrir los ojos.
Yo no soy la Gran Madre. Ella está en mi.
Me llaman el Señor de los Bosques.
Yo solo tomo conciencia de lo que la Gran Creación
nos muestra a cada instante.
Que todos somos Uno, que todo está en la misma
corriente.
Yo tomo conciencia y acompaño a la Humanidad a
hacer lo mismo.
Me encontrarás bajo las hojas podridas, en el
agua estancada de los charcos,
en la abeja que poliniza, y en la sangre que
filtra la tierra de un herbívoro cazado.
Soy el alimento que entra y que sale.
Soy la consecuencia de lo que acontece.
Soy la paz y la quietud de lo sereno.
Estoy en la rama que se rompe en la tempestad.
Y el viento que parte vidas.
Estoy en el fuego transformador.
Y en cada una de las existencias que recorre mi
entramado.
Soy garrapata, zorro, caballo, escarabajo o
bacteria.
Y soy lo que cada uno de ellos deja como legado.
Soy elemental, Ser del Bosque.
Hermano, hermana, vengo a cogerte de la mano para
que comprendas.
Que vuestro cuerpo que siente configura lo que el
alma revela.
Así que cuida tu cuerpo.
Escucha a tu alma.
Respeta a la Gran Madre.
Abre tu corazón para escuchar y recordar..
Hermano, sígueme.
Meditación
Cierra tus ojos y conecta con tu respiración.
…
Parte de tu Yo que entra y que sale.
…
Solo tú y tu respiración. Nada más a tu
alrededor.
…
No existe nada más que tú y el aire que inhalas y
exhalas.
…
Siente como la presencia de tu respiración cambia
tu estado mental y emocional.
….
Respira lenta y profundamente.
…
…
Quédate en este vacío y en este silencio durante
unos momentos.
…
…
Ahora, te voy a pedir que traslades tu atención,
tu energía, tu mente… a un lugar del planeta, a un espacio natural donde te
sientas seguro, lo sientas como tu hogar, como si siempre hubieras vivido allí.
Un lugar real o imaginado. Trasládate allí y sigue respirando.
…
…
Sientes como ese lugar te sostiene, te rodea, te
respira…
…
Su aire, su olor, su luz, sus sonidos…
…
Él te respira a ti.
…
Déjate respirar por el lugar y entra a formar
parte de Él.
…
Te respiran sus capas de tierra.
…
Te respiran sus aguas dulces y saladas.
…
Te respiran sus seres vivos.
…
Sus piedras y montañas.
…
Sus elementos.
…
Y al ser respirado, te diluyes en su red.
…
Te diluyes en su ecosistema y entras a formar
parte de Él para dejar de ser tú.
…
Te diluyes…
…
Ya no eres nada y formas parte de todo.
…
Te diluyes en el todo de tu paraíso.
…
…
…
Eres los 4 Elementos.
…
Eres átomos, partículas, enlaces y fotones.
…
Eres radiación, ondas sonoras y
electromagnéticas.
…
Te diluyes, desapareces en el tiempo y el
espacio.
…
…
Todo tu ser se escapa a través de tu séptimo
chakra.
…
Estas a punto de perder tu conciencia individual
para sentir la Gran Conciencia, para diluirte en el todo.
…
…
…
Y comienzas a percibir ante ti una energía
presente que te envuelve y protege.
…
Una energía que se siente igualmente diluida en
el Todo pero que nace de la Tierra y no se separa de ella.
…
Se diluye al mismo tiempo que se enraíza.
…
Sus raíces traman una red dura y pesada que se
extiende por rocas, tierra y arena desgranando cada milímetro de tu paraíso
terrenal.
…
Y su gran red se extiende por toda la luz,
recibiendo todo lo que la tierra le traspasa y haciéndola divina.
…
…
Parece un hombre con un cuerpo enraizado en la
Tierra y una cabeza conectada al Cosmos.
…
Parece un Ciervo que toca el Cielo y la Tierra.
…
Parece un Árbol Sagrado de raíces antiguas y
ramas que llegan al infinito.
…
Y su mitad hay un corazón.
…
Un órgano capaz de convertir lo tangible en
divino.
…
Una cavidad capaz de traspasar la luz de lo
humano.
…
Un motor que convierte lo atemporal en cuerpo
presente.
…
Un inicio que convierte el Vacío en el Gran Sostenedor.
Siente y observa como esa energía llega a ti y
detiene tu disolución completa, para que puedas entregar parte de ti a las
raíces de lo humano, al vientre de la Tierra.
…
Y así recuperes el vínculo con el resto de seres
vivos que te hermanan en esta existencia.
…
Y todos los paraísos sean tu hogar, porque
perteneces a todos.
…
Siente como la Energía del Árbol Sagrado, del
Ciervo, del Hombre hace crecer tus raíces cada vez más fuertes y poderosas.
…
…
Deja que suceda tu enraizamiento y tú expansión cósmica.
…
…
Mensaje de Cernos, Señor de los Bosques:
“Hermana, hermano de cuerpo
presente.
No intentes volar sin experiencia
humana.
No vivas tu existencia sin lo
divino de tu luz.
Deja que yo repare tus raíces,
deja que inicie el flujo de tu red.
Sentir tu humanidad abre heridas.
Ábrete al sufrimiento, sólo así
tus raíces crecerán aún más.
El dolor es una puerta que abre
caminos.
La sangre que dejas tu impronta.
Las heridas, el recuerdo.
Tu ADN, el legado.
Tu luz, el amor por todo lo que
eres y a lo que estás conectado.
La muerte es un acto de amor y
traspaso.
El nacimiento la oportunidad de lo
infinito.
Todo eso nace de tu corazón y se
extiende a través de tus piernas, tus brazos,
tu sistema nervioso y penetra en la Gran
Madre, que provee todo lo que regalas
y agradece todo lo que necesitas para vivir
esta vida plenamente.
Hermano, hermana, también asciende
de tu corazón hacia tu ventana al Cosmos,
tu divinidad.
El flujo que proviene de lo
terreno y la sagrada humanidad que la Creación te ha regalado.
…
Asciende por tu cabeza y todo se diluye
en el cielo, hacia el infinito.
…
Yo reparo tus raíces, yo inicio tu
flujo divino.
…
Yo protejo tus procesos.
…
Ama las acciones que te han
llevado a la desconexión,
para amar aún más las que te han
traído hasta aquí. Hasta mi.
…
Siente abajo, fluye arriba.
…
Crece abajo, diluye arriba.
…
Siente a la Gran Madre, siente el
Cosmos Infinito.
…
Fortalezco tu corazón, punto de
unión entre lo terreno y lo divino.
…
Cada latido me da la vida para
crecer y proteger tu existencia.
…
Sigue creciendo…”
…
…
…
Y a cada instante sientes tus raíces más
profundas y fuertes.
Sientes una dura corteza que crece para darte
estabilidad y seguridad.
…
Y a cada respiración más se diluye tu conciencia
individual y tu mente con el infinito y tu aura se difumina en un eterno
arcoíris. Y más sientes tu divinidad como una gran red que siente lo que todos
sienten, que sufre y vive lo que todos viven.
…
…
…
Y siento esta oración de agradecimiento:
“Cernos, Señor de los Bosques.
Mucho más allá.
Experimento tu existencia Dual.
Agradezco infinitamente lo que me
muestras.
Siento el Gran Árbol en mi, el
Gran Ciervo, la Gran Energía Protectora y Expansiva.
Yo ahora veo, yo ahora puedo, yo
ahora sé que la Gran Madre está en mi,
que la Creación está en mi, que tu
existencia está en mi.
…
Y puedo crecer y enraizarme hacia
abajo, diluirme hacia arriba.
Puedo hacer ambas cosas y
equilibrar el mundo.
Puedo desequilibrarme haciendo una
más que otra, pero me amaré igual y me protegerás igual.
…
Gracias por mostrarme tu amor
infinito e incondicional por nuestra Gran Madre que nos regala cada día la
belleza de todo lo que nos rodea, lo sagrado de nuestra existencia.
…
Gracias por recordarme mi origen
divino, a un suspiro de abrir mi corazón y aquietar mi mente.
…
Gracias por mostrarme tu luz, tu
alma humana y tu divinidad etérea.
…
Gracias por proteger a la Gran
Madre sin nuestra ayuda.
…
La humanidad está muy perdida.
…
Y nos amas y nos ayudas a pesar de
todo.
…
Gracias por mostrarme que venimos
del mismo lugar y que somos lo mismo.
…
Yo puedo, yo crezco.
Gracias Cernos, mi Señor.”
Quédate unos instantes con este flujo de energía
que entregas y que recibes.
…
…
…
…
…
Y aún sintiendo esta Dualidad en expansión, poco
a poco comienzas a sentir tus raíces más cercanas a tu existencia humana y tu
conciencia expandida comienza a recuperar la individualidad. Aún así sin perder
esa sensación de expansión y crecimiento.
…
Sientes como, aunque vuelvas a encogerte en una
existencia delimitada, tu crecimiento abarca lo infinito. Vuelves aquí
recordando hasta donde eres capaz de llegar.
…
Recuperas sensibilidad, haces consciente tus
sentidos.
…
Reconoces el latido de tu corazón y tu mente
vuelve a ti pero relajada y tranquila, sin nada que decir.
…
Regresas llena de amor por ti y por lo que te
rodea.
…
Y poco a poco, te vas incorporando, te sientas... si estás solo lleva tus manos al pecho y si estás en compañía coge la mano del que esté a tu lado y siente esta oración en tu interior.
Oración para crear energía y ayudar a Cernos a
recomponer lo que la Humanidad destruye:
“Ante ti que recibo tu amor, me
perdono.
Ante ti que recibo tu luz, perdono
a la Humanidad.
Que sangran al hacer sangrar.
Que sufre al hacer sufrir.
Perdono los incendios.
Perdono las masacres.
Perdono las extinciones.
Perdono la deforestación.
Perdono la contaminación.
Perdono el robo.
Doy luz a las plantas y árboles
dañados.
Doy luz a las especies desaparecidas
y las que sufren por nuestras acciones.
Doy luz a las tribus y humanos que
viven en paz con la naturaleza.
Doy luz a los océanos, ríos y
lagos que ahogan nuestros deshechos.
Doy luz a la atmósfera entumecida.
Doy luz a las montañas, desiertos,
bosques, selvas y tundras que sobreviven al paso de lo humano.
Doy luz a cada acto humano que
parece inhumano.
Doy luz a que poco a poco todos
vayan comprendiendo que amar es la solución.
Amar todo lo que nos rodea.
Respeto.
Doy luz, doy paso al respeto.
Doy espacio y tiempo para la
curación del daño ocasionado.
Reparo.
Doy luz para reparar lo que esté
en mi mano.
Doy voz para que me escuche el de
al lado.
Doy la mano para ayudar al que lo
necesite.
Ayudar a otro es ayudarme a mi.
Respeto.
Madre, el Señor de los Bosques me
muestra.
Perdón, luz y respeto.
Yo crezco gracias a ti.
Yo avanzo, yo puedo.
Agradezco, ofrezco.
Gracias Madre.
Gracias Brigid.
Gracias Guías.
Gracias Cernos, mi Señor, mi
Acompañante, mi Hermano, mi sombra y mi luz.
Gracias Cernos, Señor de los
Bosques.”
Cierre de Encuentros de Luz
Daremos fin a la sesión
compartiendo impresiones, experiencias, pensamientos, sensaciones que se hayan
tenido, quien así lo desee.
Repartiremos
los mensajes canalizados.
Ofreceremos una oración de agradecimiento a los presentes, los Guías y seres de Luz.
Ofreceremos una oración de agradecimiento a los presentes, los Guías y seres de Luz.
Lugar
Blue Moon (Badalona).
Avda. Mónaco, 39 B, local, 08917, Badalona (junto metro Fondo).
Blue Moon (Badalona).
Avda. Mónaco, 39 B, local, 08917, Badalona (junto metro Fondo).
Fecha y hora
Viernes, 17 de enero a las 19,00 horas.
Viernes, 17 de enero a las 19,00 horas.
Recomendaciones
Agua.
Ropa cómoda, a ser posible de colores claros.
Esterilla,
cojín o mantita para taparte durante la meditación.
Contacto:
Si quieres asistir a Encuentros de Luz o quieres contactar para recibir más información puedes encontrarme a través de facebook, gmail o teléfono.
617896719 (Mary).
encuentrosdeluz.agartam@gmail.com
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