En nuestra andadura humana, el tiempo rige nuestras vidas. Desde el
reloj que nos marca nuestro quehacer diario, hasta los días, meses,
años, décadas, siglos, milenios, eras… que conforman algo muy importante
para nosotros como especie humana: nuestro pasado.
Todo
milimetrado y organizado para que así llegue al futuro. El futuro, un
lugar creado por nuestra mente lleno de frustraciones, pero también de
retos, objetivos, sueños y metas. Aunque algunas teorías científicas
apuestas por su existencia real, tanto la del pasado como la del futuro.
Tenemos conciencia de nuestro pasado, como individuo y como especie, independientemente de nuestras creencias e ideales.
Tenemos
conciencia de nuestro futuro, cambiando cosas que pueden empeorar
nuestras vidas, preparando y planeando por lo que pueda llegar.
¿Y
qué hay del presente? ¿Tenemos conciencia de él? No ocurre ni existe
otra cosa que nuestra conciencia esté en el presente. Lo está en cada
instante.